#EscritoresArgentinos
Partí de Buenos Aires a caballo de las palabras donde la poesía construyó su residencia. Mil días y mil noches
A veces era múltiple y fragante otras un hombre individual a solas… Hubo días donde la duda se tragó m… Hubo días donde, sin humildad, la… hacía de mis palabras un muro de s…
Es otra vez de noche y en general la casa duerme. Una voz en la radio dice últimas palabras.
Tu cuerpo se me aparecía por las noches como una montaña y yo trepaba por tu cuerpo
Verdad hiriente la verdad de unos labios enamorados. Allí donde la noche desanima a los pequeños pobres taciturnos
Creciendo me fui dando cuenta que vivir no era suficiente. En principio comencé por cambiar algunas horas de mi vida por algunas palabras.
Éste es mi lugar de trabajo mi casa está en el sur. Venid palomas tocad esta corneta insuperable.
Me tocaba alejarme de mí mismo. Cada mirada era mi mirada. Cada palabra era mi voz. La Poesía desea en nuestro amor
Búhos de la locura amaron mi carne hasta el extravío amaron mi dolor hasta los límites de la carne. ¿Mi escritura es un mandato social
En la noche cuando nos encontrábamos la plenitud de la oscuridad hacía de nosotros infinitos corceles enamorados.
Si es posible el poema es posible la vida.
Estoy casi muerto y sin embargo siento latir mi corazón. Una especie de rebuscada finura
Quiero que recuerdes también soy una alondra un pájaro entibiado por la civilización un pájaro sensible.
Vi cómo los perfiles del tiempo se posaban levemente en mi piel dejando una marca.
Dejo de latir dejo de ser el pulso donde antaño vibrara el Universo. Delicadamente me entrego a las argucias del amor