#EscritoresEspañoles #Generación27
Tengo ya el alma ronca y tengo ron… el gemido de música traidora... Arrímate a llorar conmigo a un tro… retírate conmigo al campo y llora a la sangrienta sombra de un grana…
Ante la vida sereno, y ante la muerte, mayor; si me matan, bueno: si vivo, mejor. No soy la flor del centeno
“Me quedaré en España, compañero”… me dijiste con gesto enamorado. Y al fin sin tu edificio trotante… en la hierba de España te has qued… Nadie llora a tu lado:
Un albañil quería... No le faltab… Un albañil quería, piedra tras pie… tras muro, levantar una imagen al… desencadenador en el futuro. Quería un edificio capaz de lo más…
Ven a Guadalajara, dictador de ca… carcelaria mandíbula de canto: verás la retiradas miedosa de tu h… verás el apogeo del espanto. Rumorosa provincia de colmenas,
Llevadme al cementerio de los zapatos viejos. Echadme a todas horas la pluma de la escoba. Sembradme con estatuas
Fue una alegría de una sola vez, de esas que no son nunca más igual… El corazón, lleno de historias tri… fue arrebatado por las claridades. Fue una alegría como la mañana,
El último y el primero: rincón para el sol más grande, sepultura de esta vida donde tus ojos no caben. Allí quisiera tenderme
Naciones de la tierra, patrias del… del mundo y de la nada: habitantes perdidos y lejanos más que del corazón, de la mirada. Aquí tengo una voz enardecida,
El cementerio está cerca de donde tú y yo dormimos, entre nopales azules, pitas azules y niños que gritan vívidamente
Todas las madres del mundo, ocultan el vientre, tiemblan, y quisieran retirarse, a virginidades ciegas, el origen solitario
En trenes poseídos de una pasión e… por el carbón y el hierro que los… y en tensos aeroplanos de plumaje… recorro la nación del trabajo y la… De la extensión de Rusia, de sus…
Los quince y los dieciocho, los dieciocho y los veinte... Me voy a cumplir los años al fuego que me requiere, y si resuena mi hora
No sé qué sepultada artillería dispara desde abajo los claveles, ni qué caballería cruza tronando y hace que huelan l… Sementales corceles,
¿Qué quiere el viento de enero que baja por el barranco y violenta las ventanas mientras te visto de abrazos? Derribarnos. Arrastrarnos.