Sin Refugio
En las calles de la Ciudad, donde la esperanza se desvanece, viven personas sin refugio en un mundo que las merece. Sus días sin largos y fríos, sus noches un manto de soledad, caminan sin rumbo fijo, buscando un poco de humanidad. Cada esquina es un desafío, cada mirada un Juicio cruel, sin un techo que los cobije, sin un abrazo que les venga bien. Pero en sus corazones aún brilla, una chispa de resistencia, un deseo de ser vistos, de encontrar una nueva existencia.
Pensado desde mi trabajo, en lo difícil de las personas sin hogar. Miguel del valle pelaez
