Yo sé que muero, y si no soy creído,
Es más cierto el morir, como es más cierto
Verme a tus pies, ¡oh bella ingrata!, muerto,
Antes que de adorarte arrepentido.
Podré yo verme en la región de olvido,
De vida y gloria y de favor desierto,
Y allí verse podrá en mi pecho abierto
Cómo tu hermoso rostro está esculpido.
Que esta reliquia guardo para el duro
Trance que me amenaza mi porfía,
Que en tu mismo rigor se fortalece.
¡Ay de aquel que navega, el cielo oscuro,
Por mar no usado y peligrosa vía
Adonde norte o puerto no se ofrece!