Tendrás los ojos humedecidos en llantos,
Por tus caprichos, y tus enojos,
Y se consumirá tus mejillas ardientes
¡Qué arderá con un triste lloro!...
Más ¡como si fuera una gota del rocío,
Pérdida entre la sombra mía!...
Esto es amor, quien lo probó lo sabe;
Nadie más que tú, y tu dolor amada mía.
Dar la vida y el alma a un desengaño,
Decir que no me tienes presente,
Sin saber porque tus ojos están llorando
Dime si no es porque estoy ausente.
Mientras haya unos ojos que reflejen,
A los otros ojos que los miran,
Mientras responda tus ojos suspirando
Serán tus ojos mismo que suspira.
Tal vez, te irás, y como tantas cosas
Que están presentes aunque se haya ido,
Serás para mí como un jardín sin rosas
Pero secretamente en mí florecido.