Se me va con la vida todos mis años;
Y con ella... mi juventud florecida...
Se me va gran parte de los recuerdos,
Quien recogerá mañana mis caricias.
Pude amar sin miedo a los tropiezos;
Logré querer a quien me quiso más,
Y cuando me visite la hermana vejez
En ese día mi alma, va dejar de amar.
Nadie llega, ni a la mitad del camino;
Sin estremecer los pies del viajero,
Y un suspiro de un cansancio infinito
Cuando llega la hora de llegar a viejo.
Yo no sé cómo saltar al otro extremo;
Y llegar a la orilla más joven aún...
Sin verme el rostro, lleno de arrugas,
Y más tarde terminando, en un ataúd.
Se me va de mis manos, mis causas;
Quien más tarde escribirá poesías,
¡Habrá otro joven que por mi cante!
Otro que siga mis pasos, las cenizas.
Miro al occidente, que la luz poniente;
Se marcha dejándome su mensaje...
Y con el mi cariño, con el vuelo de hoy,
Me valla despidiendo del bello paisaje.