La amistad que me brindan las estrellas
Saben de ti, y de nuestras locuras,
De aquella primera vez: que nos amamos
Fue una noche intensa y apasionada,
Ellas notaron; con un acento de ternura.
Fue hasta el amanecer ellos comentaban
Eran dos seres en una pasión profunda,
Podrían decirte: dos almas que se aman
Una más, o la otra demasiada excitada,
¡Ambas se amaron al borde de la lujuria!.
Inútil era de creer los rumores y chismes
Me dijeron cuando poeta será la otra vez;
Has agotado ya la inalterable paciencia
Y hazle una cordial invitación a tu amada
Abriendo las puertas del amor como ayer.
Esa dulce costumbre de esa aquel noche
Eran cuentos ardientes de una historia,
Y si con mi lengua probará la fruta divina
Dos estrellas, de envidian nos miraran,
Todos comentarán, el enigma de mi prosa.