Deja que mis labios besen tu piel de seda
Y que sientas la locura y toda pasión,
De sentir tu cuerpo fundiéndose en el mio
En las llamas ardientes de nuestro amor.
No anhelo de ti la carne, si no el sentimiento,
De tu querer y de ese amor profundo,
Deja que me duerma como niño en tu seno
Y de sentir que se estremece todo mi mundo.
Adoro todo de ti, esas bellas perfecciones,
Que motivado amarte quisiera poseer,
Acógeme en tus brazos tan delicadamente
Y arrúllame con tu sudor, aroma de mujer.
Pasión ardiente, es lo que llevo en las venas,
Tu hermosura hace volar mi imaginación,
Anhelo de ellos, probar de todas tus delicias,
Que seas el néctar que derramo la dulce flor.