Murió de un mal de amor
Mi alma marchitada,
Sobre su fracaso derramó
Una acaricia de lágrimas.
No tuvo vida: entonces
Es mi fatal desesperanza,
En mi tormento y dolor
La pérdida de mi adorada.
Como la nombra mi cerebro
Con su amor y fragancia,
Y siempre será mi eterna
Rosa tierna de mi alma.
Murió de un mal de amor
El alma ya no es sabía,
Dios le tenga misericordia
En el día de su llegada.
Y en la diestra de su reino
Amor en su fragancia,
Que no palpite el recuerdo
De cómo murió su amada.