Miran tus ojos demasiado atrevidos,
Son los ojos frágiles de una mujer,
Y con astucia tan astutamente vestidos
Lo que es oro no se puede esconder.
Pueden conducirme sus ojos de oro,
Y, puede hábilmente, verme capturado,
En su trampa me conduce al tesoro
Termino envuelto, en su rostro dorado;
Ojos vestidos aunque sean de oro
A partir de ahora te miro demasiado.