Maravilloso día: mi corazón y yo, te saludamos
Con la risa pueril e incompresiva,
Y así saludamos a los que amamos
Hasta cuando el alma se mantenga viva.
Y reímos de ti, día maravilloso
La penumbra del cine del que vimos,
Y el fracaso continuo tormentoso
Con la vida misma que vivimos.
Tú me enseñaste a saborear la fuerte
En el fracaso y la tragedia de vivir,
Mi alma exploradora busca la muerte
Que me quita las ganas de reír.
Nuestro día: cada vez, se vuelve fuerte
Se me quitan las ganas de llorar,
Espero las amamecidas para verte,
Ingenioso del dolor y accesible ideal.