Miguel Peñafiel

LA PRINCESA DE LA BELLEZA DEL MUNDO

La princesa de la belleza del mundo

Había una vez un rey que le dijo a su hija la princesa que ya era hora de que ocupará su lugar y la princesa le respondió: –Padre aún soy tan joven para tener responsabilidades y quiero seguir viviendo de muchas aventuras. El padre sorprendido por lo que le dijo su hija la princesa, mando a ordenar a sus sirvientes que le encillaran los mejores caballos y la acompañarán a divertirse por esos mundos y la princesa muy feliz acepto. Al día siguiente así fue como la princesa emprendió su viaje acompañada por un grupo de sirvientes que le servían a su padre el rey. En el camino de su viaje la princesa se encontró con unas flores de oro; y ordenó a sus sirvientes que le ayudarán a recogerlas, uno de ellos le dijo a la princesa que no las cogiera que sólo le traerían  desgracias y le haría mal. La princesa no hizo caso de las advertencias y las metió toda en un saco y las guardo en su carruaje y siguió su viaje. En el siguiente camino la princesa se encontró con un pato que ponía huevos de oro; y ordenó nuevamente a sus sirvientes que le ayudarán a recogerlos, y el mismo que le advirtió de las flores de oro le dijo a la princesa que no lo cogiera que sólo le traería desgracia y le haría mal. La princesa nuevamente no hizo caso de las advertencias y cogió los huevos de oro y el pato y los puso junto a las flores de oro y siguió su paso. Más adelante la princesa se topó con un vagabundo que andaba hambriento y mal vestido; este se le acerco y le dijo: –no habrá una moneda para este pobre hombre, la princesa volteo la cabeza y decidió ignorarlo y seguir su camino. Entonces el sirviente de las advertencias se puso en frente de la princesa y le dijo: –Princesa acaso no piensa en ayudar a ese pobre hombre, porque no le da una de sus flores o huevos de oro para que pueda comprar comida y vestirse. La princesa muy molesta por sus palabras lo miro y le dijo: –y quien eres tú para decirme lo que tengo que hacer, tus deseos no tienen validez para mí, para eso estas aquí, para servirme, yo me he encontrado todas estas cosas y son sólo mías, que él encuentre las suyas, lo que le pase a ese vagabundo no es mi problema. Entonces la princesa continuó con su camino y más adelante se encontró con un pequeño pueblo que celebraba una gran fiesta, entonces el pueblo recibió a la princesa con honores y la invitaron a divertirse con ellos. La princesa acepto y se sentó junto al gran banquete que le habían preparado, al probar del banquete la princesa se enfureció tanto por motivo de que su paladar no estaba acostumbrado a probar comida de pobres que ordenó a sus sirvientes terminar con la fiesta del lugar. Entonces el sirviente de las advertencias se acercó a la princesa se acercó a la princesa y le dijo: –Princesa porque has ordenado semejante cosa, lo único que han querido estas humildes personas es que veas con tus ojos la belleza del mundo a través de su felicidad, pero tu has terminado con dicha alegría. La princesa cansada de sus advertencias le hijo otra vez tú, ya me tienes harta, quién te crees que eres para decirme lo que tengo que hacer, cuando lleguemos al castillo de mi padre le pediré tu cabeza. Y así fue como la princesa se cansó del viaje que decidió regresar al castillo. Cuando regresó al castillo la princesa recibió una mala noticia de que su padre estaba muy enfermo, entonces la princesa acudió a verlo para ver lo que tenía, cuando entró ya era demasiado tarde su padre el rey había muerto, la princesa no pudo contenerse que se desplomó al suelo en llantos. Al día siguiente de que su padre fue enterrado se dio lectura de su testamento, la princesa se había quedado sin un real por motivo de que padre el rey se había quedado en la ruina. En vista de que la princesa se había quedado en la ruina, los sirvientes que trabajaban para el rey la habían abandonado dejándola completamente sola. Cuando pensó que todo estaba perdido se acordó de sus flores de oro y sus huevos de oro que se había encontrado en el camino; entonces con unas palabras de egoísmo se dijo: –por mi pueden marcharse, ahora que soy completamente rica contratare nuevo personal que estén a mis servicios. Cuando la princesa fue abrir el saco se llevó una gran sorpresa al ver que lo que había era pura tierra, lo único que podía observar dentro era al pato de los huevos de oro. La princesa en ese momento pensó que pudo haber sido sus sirvientes que le habían robado su tesoro e intercambiado por tierra para que no se diera cuenta que le habían robado. La princesa perdió toda esperanza y se hecho nuevamente al piso a llorar; entonces en ese momento ella escucho una voz que le dijo: –Princesa no llores aún no es tarde para volver a empezar, la princesa levanto su rostro y vio al sirviente de las advertencias, entonces ella asombrada le respondió: –y tu que haces aquí, por qué no.te has marchado como los demás, dime acaso fuiste tú quien se me ha llevado todo mi oro dejándome en la ruina. El sirviente respondió: –te equivocas princesa, yo no me he robado tu oro, se ha desvanecido sólo, te dije que todas esas cosas te traerían desgracias y problemas. Sin embargo cuando lo tenías no lo supiste aprovechar, ignoraste al vagabundo que te pidió ayuda pudiendo ayudarlo, acabaste con la belleza del mundo que se reflejaban en esas humildes personas, pudiendo hacer mejor su fiesta, ahora eres tú la que te reflejas en tu propio espejo y estas siendo ignorada por la belleza del mundo. Las flores de oro y los huevos de oro representan a la belleza del mundo, es por eso que la belleza del mundo te ha puesto a prueba. El sirviente de las advertencias le dijo a la princesa que sólo las personas de un alma noble y pura puede ser merecedora de la belleza del mundo, y es por eso porque la conocía que era una princesa ambiciosa y egoísta le advirtió de las consecuencias fatales que todas esas cosas les traerían e incluso la muerte de su padre el rey. La princesa asombrada le dijo que tenía que ver lo uno con lo otro, la muerte y la ruina de su padre y por lo que ella estaba pareciendo. El sirviente de las advertencias le dijo mucho princesa, pero para que puedas entenderlo le dijo toma princesa; está es una carta escrita por su padre antes de morir que me la dio para que te la entregará en el día de su muerte. La princesa sorprendida tomo la carta entre sus manos abriendola cuidadosamente y se puso a leerla. He aquí estas fueron las palabras que dijo el rey: –hija querida, quizás no valore el tiempo que pude haber estado a tu lado cuando aún eras una niña, que desviaba mis obligaciones de padre con regalos y cosas materiales por el estilo. Que no fueron tantas mis atenciones que se me olvidaron enseñarte algunos valores y el verdadero significado de la vida, sobre todo lo más importante la humildad. Ahora bien, tu has elegido la belleza del mundo, pero no has podido verla ni tocarla, no aún. Es por eso que la belleza del mundo y yo hicimos un pacto, en la cual consistía que la belleza del mundo te daría una lección de vida a cambio de mi propia vida. Cuando decidas emprender tu viaje, la belle8za del mundo te pondrá a prueba, haciéndote caer en el camino usando tus debilidades. Es por eso que te he enviado a uno de mis sabios sirvientes en quien más confío para que te guíe en tu camino, pero como también sé que no lo escucharas. Hija el oro de las flores y los huevos de oro que tu levantes significará tu herencia que es la mía, si la compartes con las personas más necesitadas se mantendrá contigo, si no lo haces la perderás y mi dinero también se irá, por lo tanto lo habrás perdido todo, esa es la razón por la cual todo el oro que hayas recogido se habrá convertido en tierra. Hija la gran fiesta en el pequeño pueblo será la gracia que tu tienes conmigo si la aceptas a tu lado me tendrás, pero si acabas con ella la vida me quitarás, es por eso que al llegar a casa muerto me encontrarás. Y así fue como la princesa comprendió que todo lo que había pasado era por su culpa diciéndole al sirviente de las advertencias del el por qué el motivo no le había hecho llegar esa carta a tiempo antes de que hubieran emprendido su viaje pudiendo evitar así lo acontecido. El sirviente de las advertencias le dijo: - Princesa aunque hayas tenido la carta a tiempo en tus manos nada hubiese podido evitar, lo que estaba escrito al pie de la letra todo se cumplirá. Si no fuiste lo suficiente precavida para hacer caso a mis advertencias a voz viva, porque harías caso a las advertencias de un simple papel. A la princesa no le quedo más de otra aceptar su culpa por haber obrado mal en la vida siendo injusta consigo misma y las demás personas, lamentándose por lo ocurrido, ya no hay nada que se pueda hacer dijo la princesa. No te aflijes princesa dijo el sirviente de las advertencias; aún tienes el pato que pone los huevos de oro, ve a traerlo trae tu violín y ponte a cantar. Si tu cantas con amor y arrepentimiento ya vas a ver que a la belleza del mundo le verás y le traerás. Y así fue como la princesa toco su violín y se puso a cantar haciendo que el pato se los huevos de oro pusiese huevos de oro hasta cuando la princesa dejará de tocar. La princesa volvió hacerse inmensamente rica, que está vez se dijo a si misma: compartiré la belleza del mundo con los demás. Y así fue como la princesa compartió la belleza del mundo con los demás, haciendo inmensamente feliz a las personas más necesitadas. La princesa terminó casándose con el sirviente de las advertencias del cual él se hizo principe de su castillo y fueron felices por siempre.

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