Apreció la infante en mi ventana
Bajo un encantador cielo azul,
Y delataron su linda presencia
Mariposas de alas de tul.
Y quisiera hacerle de diamante
O de vestuario surtidor,
Deseando oler su aroma
De su perfume de flor.
Para poder estar en sus pestañas
De pronto, cerca de su mirar.
El crepúsculo tembloroso
Cuando me pone a temblar.
Como una flecha de Cupido
Directo a su rostro princesil,
Tiene la mirada un leve suspiro
Y encanto en todo su perfil.
Veo su rostro perfumado
Y de un adolescente Serafín,
Y lo enciende como estrella
Por los siglos y hasta el fin.