Gente hipócrita que creyendo que asistiendo a misa o iglesias, van ocultar su rostro sobre sus pecados mundanos, porque del rostro asoma más toda su palabra. Desfila entremezclada la piedad con el vicio, rostro de manicomio es quien tiene por nombre esta generación malvada. Corre una vieja que pierde su misa, y junto a una ramera de pintada sonrisa, cruza la mentira disfrazada de alba rosada. Y sueño ante los reflejos de su astro vagabundo, partir lejos de su hipócresia, lejos de su mundo.
Reserva derecho de autor.