En mi corazón tanto odio existe, Es una fiebre que me contamina, Y tengo el alma que no resiste De tanto odio que la desanima. Antes mi ser era alegre y amable,

Dime... si quieres, que me aleje d… dime... si quieres, que tenga otro… quizás, algún día con el tiempo me… si eso es lo que quieres mi adorad… Dime... si ya no me quieres como a…

¿De quién son estos ojos? Yo digo que son de Ángel, No guardan malos enojos Pupilas dulces de arcángel. Miran con gran elegancia

Me asomé al verte y sin querer, mis ojos sintió el fino deseo de mirar tu rostro hermoso, igual que cuando se mira los astros y luceros con tanto asombró. Alrededor, el campo enluto su ...

A partir de ahora y para siempre; Conservo la inigualable voz, La única que abrirá las puertas De la muerte A las puertas incansables de la vi…

Sobre el campo triste está Miguel… El mismo paisaje que me vio crecer… Un aroma imperceptible refresca la… Con la hora presente, que me vio n… ¿Con qué llenó mi corazón? Amor p…

Si te busco, mi felicidad y te per… Si tengo mala suerte como ahora, Que tan solo aborrezco ver la hora De no encontrarte y no llegar cont… Si tanto el sueño ya desvanecido;

MADRE MÍA: tú que me has ofrendado la vida, desde lo más profundo de tus entrañas, y que desde aquel día que salí de tu vientre me has dado una carnal apariencia, la más tierna, con una...

¡Cuántas vidas en ese día se habrá… Cuántos hijos de su madre fueron s… Cuántas inocentes vidas arrasó la… Por un maldito gobierno asesino y… Nunca este día quedará en el olvid…

La noche descansa bajo su oscuro l… Acostumbrada a vivir sin miedo nin… Y cobijada, por la ¡suave brisa de… Sólo la acompaña: ¡la explendorosa… Sutiles estrellas en los pastizale…

Mujer hermosa que me enamoras Con tus ojos grandes, bellos: Son para mi la cual me honras Ni para nadie, ni para ellos. Son tus ojos, dos bellas lunas,

De mi extraña vida y dolorosa Sin aliento se encuentra mi alma, Oirán la voz de mi lamento: En el pozo hondo y tormentoso, Donde pide a gritos ser liberada.

He renunciando a ti, como los que… Cómo el buque errante que renuncia… Y como el ciego ante un libro abie… Como un niño, ante el juguete más…