Después de haber sentido que se mueve la tierra,
Ahora si importa la culpa, pues no importa
El castigo.
Fue un pecado decir: señor, perdona nuestros pecados
Así como nosotros perdonamos ¡oh Dios mío!
Mientras tanto seguimos por el camino de la desobediencia,
Y no hacemos nada por hacer bien las cosas,
Si fueramos como dulces palomas que hiciéramos conciencia:
Viviríamos pacíficamente como ellas, y las rosas.
El alma sería como un vaso transparente y vacío,
Libre de toda inmundicias, libre de todo pecado.
No se revelaría nuestro propia conciencia,
Y así no tuviéramos que pagar por el pecado.
Traten de rechazar, la infidelidad, fielmente
Porque los infieles no llegarán a tanto,
Como un surco que trata de rechazar la simiente:
Como yerba seca, pasarán a ser espanto.
Más le aconsejó tener amor en su infinita embriaguez,
Pues el amor no nos hace tan culpables.
Así cada uno, será libre de llevar un pecado mayor,
Y seremos tan puros de corazón y no será tarde.