Miguel Peñafiel

EL MISTERIO DEL ASESINO

El misterio del asesino

Nunca hemos pensado en la posiblidad de que dichos asesinatos podrían ser resultados de una mente suicida o de dicha conformidad basado en nuestra naturaleza perversa. Ahora bien nos encontramos bajo nuestra propia esencia, mentalidad cuya rama se da a conocer por nuestros lectores en los recientes asesinatos de personas que han sido víctima de la perversidad. Un asesino pasea sobre las calles de guayaquil, manifestando una terrible serie de circunstancias que obligan a proporcionar nuevos medios de protección sobre la seguridad forzada. Los recientes sucesos apuntan a una sola persona, en ser alguien cruel y sanguinario en sus viejos hábitos de asesinar sin compasión. Estos asesinatos solían darse sin interrumpirse en la escena del crimen, desempeñado por un demente o loco como quieran llamarlo. El asesino se había vuelto habito en su manera de asesinar que dejaba tal impresión al momento de marcharse de la escena del crimen dejando impresionado a la policía que se encontraba en el lugar de los hechos. La sencilla naturaleza perversa en la mente del hombre, nunca densenredara el misterio que nunca fue explicado sobre la perversidad de lo que pasa por el pensamiento humano. A todos lo que creyeran esto último, lo hubiera llevado a desengañar su verdadera naturaleza perversa, siendo uno de los ejemplos más notable el asesinato cometido sobre una inocente y hermosa mujer. Los hechos no ocurrían tan frecuentes, que dado a una pista parecía un asesino paciente en la hora de matar, que para aquellos que piensan dirían que es un peligroso aventurero que pretencioso por la hermosa mujer no dejaba mostrar algún interés. Los crímenes del asesino no tardaron en hacerse famoso,  gracias a sus actos sangrientos y despiadados con la que dejaba en la escena del crimen y confundidos por su brusca desaparición. La Policía no se explicaba como es que el asesino podía pasar por desapercibido al momento de cometer sus crímenes, tampoco se podían explicar cómo es posible que el asesino pudiera entrar en la casa de sus víctimas y salir de la misma como si esta fuera suya. Los periódicos ocupaban un rol importante en este asesino en serie, mientras que la policía empezaba a efectuar investigaciones para dar con el paradero del presunto asesino. Habría pasado casi un año desde su aparición, (pues desde un principio fue evidente que se trataba de un asesino serial), la Juventud y la hermosura de la víctima era escogida por su encanto y sobre todo por su bella notoriedad. Ningún caso similar habría provocado efecto tan general y profundo, y como es natural la policía hizo un llamado al cuerpo policial para la captura inmediata de este asesino, que incluso ofrecieron a la comunidad una recompensa por su cabeza. Nadie supuso que el asesino evadiría por mucho tiempo las investigaciones que lo conducía recientemente a su personaje, mientras que la excitación por matar se hacía notar en las calles de guayaquil. Cualquiera que fuera este asesino se manifestaria en una serie de graves disturbios, que el terror era el cómplice contra el autor del hecho. Nadie dudo entonces de que los misteriosos asesinatos serían inmediatamente aclarecidos, que aquellos que estaban comprometidos en este caso darían buenos resultados en las investigaciones. Por más difícil que parezca todo se vería resuelto a la menor luz reveladora, que tanto agitaban la opinión pública en conocer el rostro y el nombre del asesino. El asesino se sentía acorralado ante el fracaso de todos sus esfuerzos, que bastó para convencerse de que caminaba con un pies puesto en el vacío. Pero este no se rendirá fácilmente, a la mañana siguiente cometió otro crimen, dejando sobre el cuerpo de la víctima un mensaje para los oficiales encargado de la investigación. Dicho mensaje apuntaban a una dirección en la cual daba un encuentro cercano con el asesino. Los oficiales procedieron a ir al lugar que apuntaba dicha dirección sin imaginarse que todo esto no era más que una trampa. Pero sería absurdo no suponer que el asesino fuera o (si se tratará de una trampa). En cuestión de unos segundo cuando los agentes decidieron entrar en el lugar, un estruendo se hizo escuchar en dicho sitio. Se trataba de una explosión que consumió los cuerpos de los agentes a cargo de la investigación. Las experiencias han demostrado que los cuerpos de los quemados se encontraban ahogados en su propia investigación, que no se dieron cuenta que en vez de acechar al criminal: ellos terminaron siendo los acechados. No tardo mucho tiempo de que el asesino fuera atrapado por otro grupo de oficiales encargado del caso, descubrimiento declara que se trataba nada menos de un hombre joven de 28 años de edad cuyo asesino era un poeta, que enamorando a sus víctimas este lograba que lo dejarán entrar a su morada para cometer tan terrible crimen. Se preguntaron? Que es lo que pasaba por la mente del asesino siendo un poeta admirable y reconocido por sus buenas obras, que detrás de los barrotes de la prisión un mensaje fríamente se hacía apreciar entre la celda del asesino que decía: “La muerte de una mujer hermosa es, sin duda, el tema más poético del mundo”.  La impresión que dejaba este asesino en la escena dejaba mucho que decir, que tardaremos mucho por entender las razones por las cuales lo llevaron actuar así, que sin duda es uno más de los tantos misterios del ser humano en su naturaleza perversa.

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