El arte de la perversidad
Nunca se nos ha ocurrido pensar sobre la existencia de una flor anormal, que por carencia tiene el poder de despertar los peores instintos del hombre. Quizás muchos dirán que estoy muy loco por pensar algo así, quizás cuando lean mi escrito muchos dirán que no tiene sentido haber pensado algo tan estúpido, que sin duda para muchos; lo tomaran como un simple cuento proveniente de una mente maravillosa. No creeriamos que existiera una flor que no hiciera actuar bajo la necesidad de sus impulsos, ni mucho menos en otros cuentos de hada, pero en lo sobrenatural ignoramos que se hubiese introducida a nuestro mundo por si misma sin verificar primero la fuente. Nos aceptamos en creer en las cosas que vemos y escuchamos, pero no en un escrito, quizás por lógica pensamos que es sólo producto de una imaginación que tiene por comienzo un principio y un fin, pero de verdad no pensamos si realmente es cierto. No es posible negar que en la metafísica y lo lógico, hay un profundo abismo de las cosas planteadas que se presentan, para el que piensa y observa. De esta manera, para el creador y sus intenciones, construyen sobre estas intenciones en la manera que se presentan.
¡En la verde tierra del señor; estas flores son las ladronas del templo, la silenciosa tentación que con una sola inhalación, logra despertar los peores instintos humanos y los incita a la violencia!
Si no podemos comprender a Dios en sus obras visibles, no podrán realmente saber de lo que estoy hablando, hubiera sido más prudente tratar de cambiar mi hipótesis. Como principios esenciales en la fase de la creación de estas flores, me ha llevado a llamar “el arte de la perversidad” sin duda alguna se de lo que estoy hablando. Bajo sus incitaciones actuamos sin causas comprensibles, alterando en sí nuestro cerebro, que llegamos a sacar todo ese pensamiento reprimido de lo que llevamos dentro; las cosas que quisiéramos hacer y no las hemos hecho. La naturaleza oculta bajo su manto verde miles de cosas, que para la mente del hombre es muy difícil explicar y admitir, pero somos tan seguro en el aire que respiramos que en la inseguridad y la equivocación o del error de una acción cualquiera que reside en una flor con su fuerza irresistible. Comúnmente esta flor provoca, en revelar el otro lado oscuro de la persona, que puede llegar actuar en teoría de una manera irrazonable; despertando todo tipo de sentimientos hasta lo más oscuros deseos. Entramos al borde del precipicio, miramos al abismo y nos lanzamos, sin miedo porque ya no lo sentimos, Como algo inexplicable frío nos quedamos. Y cuando su efecto desaparece, somos libre, nuestra energía antigua razonable retorna; y cuando nos damos cuenta de lo que nos obligó hacer ¡Ya, es demasiado tarde!.
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