Cuando, triste, de tanto amor y mi suerte,
en mi triste penar lloro a solas conmigo,
y agito mi voz y doy un grito al cielo fuerte,
y, con mi propio pensamiento mi destino maldigo.
Y quiero ser como otros, que el amor tienen
tener su mismo amor, gozar de su compañía,
y envidio el amor, pero no de los que me hieren
quiero un amor verdadero, que me dé alegría.
Cuando mi pensamiento todo se espanta,
pienso en todo el amor felizmente,
que puedo brindar para quien se levanta
buscando amar desesperadamente.
De mi canto desesperado, llegué al cielo
tal oraciones que sea recompensado,
que de tanto amor no sea como el hielo
frío en estación que cambie mi estado.