En altas hora de la noche;
Anda rondando una
Mujer, vestida de traje
Negro muy complaciente
A la vez.
Me visita en mi puerta, el
Pueblo entra en temor, el
Miedo se apodera en la
Noche como un lobo que
Aulla de terror.
Bajo el cielo de los árboles;
En un camino oscuro la
Veo yo, llamandome como
El viento, como el encanto
De la belleza de una flor.
Y con sus miradas frías;
Como piedra de graniso
Helado me pongo yo,
Tembloroso mi cuerpo
Tras una sombra negra
Que aparece en mi
Imaginación.
Oh mi grandioso señor; en
Ti me encomiendo y me
Crucifico, de aquella alma
En pena que me atormenta
Mi corazón en llamas por
Mi amada lloro.
Dame las fuerzas a mis
Penurias; tu eres la voz
Que lo cura todo, alejas la
Neblina y las tinieblas
Donde me encapricho con
Tu querer y enojo.