Escondida debajo de toda esa piel,
Se esconde una niña delicada,
Gime amor, derramando su miel
Quita la sed de mi dura jornada.
Mirar esa belleza sutil aumentada,
Desde mi ventana a su asiento,
Que se sienta por mí profanada
profanada hasta de pensamiento.
Que viéndola así de encantadora,
Pienso que ha vuelto al mundo,
Como una diosa toda poderosa.
Que surgió desde lo más profundo,
Como una dulce y exquisita rosa,
Que da vida a cualquier moribundo.