Miguel Peñafiel

A LA ESPERA DE LA OSCURIDAD

A la espera de la oscuridad

Porque no puedo detenerme ante la muerte,
Como cuando ella se detuvo ante mí,
Amablemente me invito a una gran cena
Y puso la inmortalidad y así la conocí.
 
Luego me invito como por encanto en su carruaje,
Me llevo por un camino corto en donde yo vi,
A unas almas que parecían jugar dulcemente
Sobre los campos donde estaré por siempre allí.
 
Desde entonces me he memorizado ese lugar,
Donde allí flota mi alma en ser fantasmal,
¡Que el día en que anuncie por primera vez!
Mi alma donde vaya a tener que ir a descansar.
 
Ese camino corto y sombrío que nunca se olvida,
Ese camino vacío que estoy dispuesto a querer, 
Ese camino silencioso adoptado por esté cariño
Donde no me ofrece más dolor y mi paz podrá ser.
 
Un mundo ciego donde mis ojos no recordarán,
Esos tristes motivos que me hicieron llorar,
Sin labios para recoger el zumo de la violencia
En donde mi alma no se pudo expresar más.
 
Pero en ese lugar tan sudoroso de la nada,
Sin voz para tener que decir nunca más,
Sin manos para seguir escribiendo poesías
Mis lindas letras que no la olvidare jamás.
 
A tus pies en donde mueren tus rosas marchitas,
Donde los suspiros regresan hacía el mar,
Y humedecen las únicas hermosas palabras
En donde mis ojos no la leerán nunca más.
 
Porque no puedo detenerme ante la muerte,
Como cuando ella se me detuvo a visitar,
Ampárame muerte adorada de mi alma,
El día y la hora en que me vengas a llevar.

Reserva derecho de autor.

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