Mi madre se cura los cortes
y las quemaduras
de manos y brazos
con agua tibia y gasas
Extraña a uno de mis hermanos
Rememora con culpa lo acontecido con el
mayor
Intenta conformarse conmigo
Y nunca olvida a ese otro u otra que no pudo
ser
Marcha
cada día (cada vez más lento)
respirando humo de tabaco
Un canon de suspiros cansados
La mirada pesada
y ensombrecida por Plutón
Lo cierto es que tenemos las mismas manos
y cargamos anocheceres en la espalda
Ahogango la angustia que estruja el pecho
en distracciones de estación
Envueltas en la maldición escorpiana
De percibir al mundo
como un cúmulo de puñales.