Mauricio Rosencof (30 de junio de 1933, Florida, Uruguay), escritor, dramaturgo y periodista uruguayo. Fue dirigente del Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros). Fundador de la Unión de Juventudes Comunistas y dirigente del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros (MLN-T), en 1972 fue detenido y torturado brutalmente. Tras el golpe de Estado de 1973, fue declarado «rehén» junto a ocho reclusos más. Permanecer en ese estado suponía la muerte inmediata si algún acto exterior amenazaba la seguridad de las Fuerzas Armadas. Tras doce años de cárcel y horror, que no lograron acabar ni con el hombre ni con el dramaturgo, fue liberado en 1985.
Mauricio Rosencof (30 de junio de 1933, Florida, Uruguay), escritor, dramaturgo y periodista uruguayo. Fue dirigente del Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros). Fundador de la Unión de Juventudes Comunistas y dirigente del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros (MLN-T), en 1972 fue detenido y torturado brutalmente. Tras el golpe de Estado de 1973, fue declarado «rehén» junto a ocho reclusos más. Permanecer en ese estado suponía la muerte inmediata si algún acto exterior amenazaba la seguridad de las Fuerzas Armadas. Tras doce años de cárcel y horror, que no lograron acabar ni con el hombre ni con el dramaturgo, fue liberado en 1985.
chau más nunca cotorrito día bien alpargata tiempo muro triste ya vida sin yo esperanza algún como hermano ñata eso he vuelto conversar debo hacerlo evitaré sucesivo mirada silencio pozo ningún ruido lejano aleteaba cigarros luz muertos unas gotas cascotearon techo frío afuera aún latía pájaros mancha anuncian humedad estación lluvias allá noche sólo silbo bajito pensamiento tango vayan escuchar taladra graznido ventana cielo rocío maúlla estéril eco quejido cosas hice equipaje cobija tabaco lata turbio dos uno vendrá vendré ocuparte alguno trayendo embolsada arañará arañaré inicial hoy apuro también otro charquito perro espera hasta inmunda dios hunda este fuera último poema insumiso raído pero entero tan solo palabra escribiría compañero huesos fueron soy tenía garabato cabeza andar tranquilo miramos lejos poder hablar seña tanto uso tiene voz decía muerte labios adiós acordás parque rodó rondando faroles silenciosa banco acurrucados vos esfumaron tantas está oscura corazón tirita sostiene esta puedo volveremos antaño caminar veredas infancia habrá resurrección esquinas volverán ser nuestras viejas recordadas siento aquellos mí esqueletos somos ayer
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