#Cubanos #Habaneros #Modernismo #SigloXIX #1891 #VersosSencillos
Hala, hala ¡Da vueltas a la noria, arrastra e… Rosa que alegra el aire al sol que… De aires te deja ¡estúpida conseja… Y ven en la olla negra a echar tu…
¡Venid, tábanos fieros, Venid, chacales, Y muevan trompa y diente Y en horda ataquen, Y cual tigre a bisonte
Cuentan que antaño,—y por si no lo… Invéntolo,—un labriego que quería Mucho a un zorzal, a quien dejaba… Surcar el aire y desafiar el vient… De cierto bravo halcón librarlo qu…
Yo soy un hombre sincero De donde crece la palma, Y antes de morirme quiero Echar mis versos del alma. Yo vengo de todas partes,
Deja ¡oh mi esposo! la labor causa… Que tus hermosas fuerzas aniquila. Y ven bajo la bóveda tranquila De nuestro lecho azul, con tu ador… Y alcé los ojos de mi libro, y vil…
Mis versos van revueltos y encendi… Como mi corazón: bien es que corra Manso el arroyo que en fácil llano Entre céspedes frescos se desliza: Ay!; pero el agua que del monte vi…
Las campanas, el sol, el cielo cla… Me llenan de tristeza, y en los oj… Llevo un dolor que el verso compas… Un rebelde dolor que el verso romp… ¡Y es ¡oh mar! la gaviota pasajera
De África cuentan ahora muchas cosas extrañas, porque anda por allí la gente europea descubriendo el país, y los pueblos de Europa quieren mandar en aquella tierra rica, donde con el ca...
Cultivo una rosa blanca, En julio como en enero, Para el amigo sincero Que me da su mano franca. Y para el cruel que me arranca
Si quieren que de este mundo Lleve una memoria grata, Llevaré, padre profundo, Tu cabellera de plata. Si quieren, por gran favor,
Yo no puedo olvidar nunca La mañanita de otoño En que le salió un retoño A la pobre rama trunca. La mañanita en que, en vano,
Bien: yo respeto A mi modo brutal, un modo manso Para los infelices e implacable Con los que el hambre y el dolor d… Y el sublime trabajo; yo respeto
La montaña y la ardilla Tuvieron su querella: —«¡Váyase usted allá, presumidilla… Dijo con furia aquélla; A lo que respondió la astuta ardil…
Hay sol bueno y mar de espumas, Y arena fina, y Pilar Quiere salir a estrenar Su sombrerito de pluma. —“Vaya la niña divina!”
Cruje La tierra, rueda hecha peda… La ciudad, urge el miedo a la conc… Siervo y señor confúndense en abra… Bosques las calles son, bosques de… Que piden al Señor misericordia.