Cual de incensario roto huye el pe… Así de mi dolor se escapa el verso… Me nutro del dolor que me consume, De donde vine, ahí voy: al Univer… Cirio soy encendido en la tormenta…

De oro de su corazón me manda un cubano fiel el querido pabellón. Hoy sin huestes ni laurel, quiero que mi corazón.

Hurgue un huésped muy inquieto Del lado del corazón.— ¡Muy celoso, muy celoso!— Dormir no sabe mi huésped: no.— Como una sierpe, se enrosca

Vedle! En la seca garganta Apagada está la nota: El brazo ya no levanta La copa de oro, que rota Por la mística muerte,

Estoy en el baile extraño De polaina y casaquín Que dan, del año hacia el fin, Los cazadores del año. Una duquesa violeta

Hoja tras hoja de papel consumo: Rasgos, consejos, iras, letras fie… Que parecen espadas: Lo que escri… Por compasión lo borro, porque el… El crimen es al fin de mis hermano…

En un campo florido en que retoñan Al sol de abril las campanillas bl… Un coro de hombres jóvenes espera A sus novias gallardas. Tiembla el ramaje, canta y aletean

Dos patrias tengo yo: Cuba y la n… ¿O son una las dos? No bien retir… Su majestad el sol, con largos vel… Y un clavel en la mano, silenciosa Cuba cual viuda triste me aparece.

La noche es la propicia Amiga de los versos. Quebrantada, Como la mies bajo la trilla, nace En las horas ruidosas la Poesía. A la creación la oscuridad convien…

En el negro callejón Donde en tinieblas paseo, Alzo los ojos, y veo La iglesia, erguida, a un rincón. ¿Será misterio? ¿Será