Sol

Noches de verano

Las noches de verano, tan calurosas como si el viento viniese del mismísimo averno, pero tan llenas de aventuras recorriendo la piel de las personas en forma de pequeñas gotas de agua denominadas sudor.

Mirando a mi alrededor les envidie, por estar tan llenos de vida, cuando yo me sentía como un fantasma recorriendo la calida ciudad. Sola y olvidada.

Recordaba el verano pasado, tan lejano pero tan memorable. Aquella noche no me recorrieron solo gotas de sudor, sino de lagrimas, las cuales eran el recordatorio de que al menos, seguía estando viva, si es que eso se podía considerar como una vida.

Dicen que es preferible sentir dolor en el corazón a no sentir nada, sin embargo, esa noche de verano, fantasie con un existir sin sentimientos.

Las manos entrelazadas de las personas a mi lado me molestaban, tal cual un señor gruñón a las 3 am sin poder dormir por el alto sonido de la música. Y es que me preguntaba que tenían todos ellos que yo no, que era eso que me faltaba para poder ser una de las manos en ese abrazo de pieles.

Limpiando mis lágrimas continúe mi recorrido, sin rumbo alguno. Esperaba que la vida me llevase a algún final que me diera paz, pero eso no paso, no al menos esa noche de junio.

Dentro, había cien mil voces diciéndome las posibles razones del por qué jamás era la persona indicada, acusándome a mi misma, con el corazón de abogado y la mente de parte actora.

Pero era mi culpa, definitivamente lo era. Me enamoraba demasiado rápido, me permitia envolver mi existencia en cualquier ser que me sonriese por un segundo, me entregaba completa y universalmente a personas sin sentimientos, olvidando que para el amor se necesitan dos corazones, pues uno solo no puede bombear tanto.

Piaciuto o affrontato da...



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