#EscritoresUruguayos #SigloXX #SigloXXI #1965 #PróximoPrójimo
Lluvia regen pioggia pluie crea cúpulas vértigos confianzas sencillamente cae sobre tus hombro… golpea en el paraguas que no puede sentir que llueve en cuatro en och…
Es increíble lo que está pasando. El invierno desciende caluroso los ángeles orinan en las fuentes cantan los gallos a las nueve y me… que es una hora sin ningún prestig…
Bonjour buon giorno guten morgen, despabílate amor y toma nota, sólo en el tercer mundo mueren cuarenta mil niños por día, en el plácido cielo despejado
En el sillón tranquilo de balance en la recuperada mecedora qué he de hacer sino balancearme los racimos las nubes las ideas se… se mecen los desastres cavilosos
La muerte es sólo una de las varias variantes del futuro quizá la más primaria acerca de las otras
Quien pecho abarca loco aprieta
La distancia entre el mundo que atruena con campanas y el otro mundo / el que solloza a… ¿será equivalente a la que media entre el excesivo odio amoroso
—Usted no es mallorquín, ¿verdad?—dice la adolescente desde la mesa vecina. —¿Cómo? ¿Qué?—se sobresalta Quiñones y casi se atora con el jerez seco. —¿Lo asusté?—La muchacha no p...
A partir de 1980, yo había estado varias veces en Copenhague y siempre había cumplido con el rito de rendir homenaje a la legendaria sirenita de Eriksen. Debo reconocer, sin embargo, qu...
Con tu puedo y con mi quiero vamos juntos compañero compañero te desvela la misma suerte que a mí prometiste y prometí
Hay almohadas de pluma hay almohadas de siesta de lana de vientre de muerte
Compañera usted sabe puede contar conmigo no hasta dos o hasta diez sino contar conmigo si alguna vez advierte
Los detuvieron por atentado al pudor. Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse. En realidad, su amor no era sencillo. Él padecía claustrofobia, y ella, agora...
Cuando me canse de escuchar llantos de niños en la brisa cuando me canse de mirar pueblos que apenas son ceniza me iré con lluvias estrelladas
La rosa de oro no se marchita ni tiene aroma el cielo ajeno que te envenena