#1966 #ContraLosPuentesLevadizos #EscritoresUruguayos
En las pausas insomnes en los ojos glaciales en el gesto ritual de la amenaza el vocero del odio estrena sus eni… hinca roedor sus dientes en el hum…
El niño que no vino tiene los labios fuertes tiene las manos tiernas el alma como nube no es nadie
Uno llega con sus ojos de buey con sus dedos de frente o con sus pies de plomo todo eso y además
De todos los laberintos el mejor es el que no conduce a nada y ni siquiera va sembrando indicio… ya que aquellos otros esos pocos que llevan a alguna par…
En primavera cuando surgen las consabidas muchachas de ojos v… y el nuevo viento agita con espera… antenas y divisas y follajes
La pena aletea como un fuego fatuo sobre los cementerios y otras verb… es un fantasma de mejillas blancas que se duele de todos y de nadie la pena sueña con amaneceres / llo…
Como es de público desconocimiento somos conservadores pero conservadores cuando priorizamos la oxidación de… cuando ensalzamos la angustia del…
Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos a la nariz, roncaba en la siesta, se lla...
De vez en cuando es bueno ser consciente de que hoy de que ahora estamos fabricando
Al espantapájaros no le importa el… más bien lo hastía su obligación g… y además se siente desolado con su sombrero roto y sus andrajo… al espantapájaros no le importan l…
Pero estaba previsto que al afloja… comparecieran suaves los penachos las sombras para asombrar al bando… es imposible estar seguro porque ¿y si resultan pinos o quimeras?
La nación es una manzana una roja invitante manzana y no sabemos quién la moderá la nación es una corneta una ronca gastada corneta
Hubiera entregado el Dios que no… hubiera aprendido tres o cuatro si… y así desalentado, así fiel, ceniciento, invariable como un recuerdo atroz,
Este regreso no era obligatorio sin embargo la mano encuentra su cuchara el paso su baldosa el corazón su golpe de madera
A sus treinta y cinco años, Ileana Márquez tenía marido (Dámaso) y amante (Marcos). Saberse querida, o al menos deseada por ambos, no le causaba la menor ansiedad, más bien le otorgaba ...