Amanecer sabroso / medio día y fervores /
noche de armas y ramas
ruinas de las que surgen aves confidenciales
descalzos que vindican / ganan gleba por gleba
las ochocientas mil hectáreas del maligno
patria libre o morir o morir o morir
morir ya lo sabían / era pan cotidiano
pero no es tan sencillo habituarse de pronto
al evangelio de la patria libre
viejo pueblo naciente del sueño y de la pólvora
sandino en las gargantas las segovias los muros
voluntarios dispuestos a barrer la desgracia
barricadas que vuelven a ser tronco y ladrillos
casi tocando el cielo de los muchos sin tierra
los sin pan / los sin techo / los sinsontes
casi escuchando el nuevo y crucial terremoto
pienso en tu veintiuno de setiembre / quizá
porque estabas tan solo Rigoberto
aunque es claro existían Cornelio Ausberto Edwin
remotos y leales / y acercarte bailando
al tirano insolente / aproximarte como
crucero de la fiesta que iba a ponerse trágica
y acribillarlo y ser acribillado
fue tan poema y tan nicaragüense
como el mejor darío
no el que se inventaba las manos de marqués
sino el que las tenía de indio chorotega
por eso en la pasión de la victoria
ahora que la fiesta es por fin generosa
entre los puños debe estar tu puño
entre las balas debe estar tu bala
entre los corazones tu verde corazón
y en cada patria libre o morir tu campante
muerte / que es uña y carne con la patria que nutres
así mirando sosegadamente
a tu pueblo / insurrecto desde zafras antiguas
de pronto advierto que tu soledad
de hace veintitrés años no era tanta
acaso porque entonces ya escondía / soñándolos
a estos campesinos
a estos combatientes
a estos niños descalzos.