#EscritoresUruguayos #SigloXX #SigloXXI (1997) La ese paréntesis vida,
Después de todo qué complicado es… y en cambio qué sencillo el largo… digamos que éste no precisa barric… contra el tiempo ni contra el dest… ni se enreda en fervores a plazo f…
Jesús y yo salvadas las distancias somos dos habitantes del exilio y lo somos por cautos por ilusos algo se nos quebró en mitad del ve… y asf sobrellevamos esta pena
La vida cotidiana es un instante de otro instante que es la vida to… pero a su vez cuántos instantes no… ese instante del instante mayor cada hoja verde se mueve en el sol
Compañero remoto en tu fe de mader… alerta en la querella que no se de… transcurres por los sueños y el in… sin parpadear ni vernos / custodio… hacedores de inviernos y socorros…
En las puertas de hoy ya no se usan, pero en las viejas puertas había siempre alguna mano (de hierro, de bronce) que era antes que nada un llamador. A Inés le habían atraído estas manos...
Es cierto / rafael / no hay un río del olvido / hay mar de la memoria… ese que trae amor fatigas gloria o un privilegio cándido y tardío el exilio fue siempre un desafío
Unas veces me siento como pobre colina y otras como montaña de cumbres repetidas unas veces me siento
A esta altura ya nadie me nombra por mi nombre: Octavio. Todos me llaman abuelo. Incluida mi propia hija. Cuando uno tiene, como yo, ochenta y cuatro años, qué más puede pedir. No pido ...
No te quedes inmóvil al borde del camino no congeles el júbilo no te salves ahora ni nunca
Cierto, me rodean árboles un tanto… se asoman al paisaje como buscándo… mas yo también me busco y he olvid… desesperadamente mis labios. Vuelvo recién del último silencio
La noche es inhumana. Nadie sabe cómo se cierra esa ventana oscura si no lo hace con su propia llave, replegado en su sombra y sin usura… con la memoria más que nunca alert…
Nuestro conferenciante de esta noc… es de aquellos que nunca necesitan presentación o panegírico quién no conoce al huésped de la s… al utilero del ambage
Se había olvidado del carnaval y s… de los insomnios después de cada e… de los barriletes con hojas de afe… de sus trescientos soldaditos de p… se había olvidado de las tardes en…
Ahora que apretaste la tecla play me atreveré a decirte lo que nunca osaría proponerte
Ésta debe ser la trigésima despedida. Es un trámite que Fernando Varengo conoce de sobra. Como testigo, claro; no como viajero. Asistir a la normal y apasionada discusión de Migue...