Mario Benedetti

La señora de lot

El primero de enero
de mil novecientos sesenta y nueve
la señora de lot
gusana del vedado
no resiste el consuelo de la tentación
e insuficientemente perpleja mira
los diez años llameantes
que quedaron atrás
por cierto que no es cómodo ver de nuevo
cómo son son atrapados su vecino el caco su primo el gangster su
               suegro el ex verdugo
cómo el infame astrólogo tiene el descaro de anunciarle
               acrecentarás tu propiedad
cómo su hermano y su irreparable cuñada se van una noche
               cualquiera sin murmurarle adiós ni allá te
               esperaremos
 
la señora de lot
gusana del vedado comprueba atónita cómo los mezquinos corifeos se estrellan
               contra la explicable amnesia de dios
cómo el país es sojuzgado por la dulce ferocidad del alfabeto
cómo la sexta mansión de su estirpe es invadida por becarias
               radiantes por negritas
cómo la revolución acierta y se equivoca y comete milagros
               sin visto bueno
cómo la revolución se da de bofetadas humaniza su astucia y
               cuando está a punto de volverse alegoría se echa
               limón en los ojos y la alegoría se va sutilmente al
               carajo y la revolución en cambio permanece
 
la señora de lot
gusana del vedado
mira hacia atrás y ve cómo se trabaja en silencio y en escándalo
cómo el bloqueo no se desmorona con vivas y deseos y sin
               embargo
cómo el orgullo puede ser un dignísimo cepo y sin embargo
sin embargo nadie se encoge de hombros
la indiferencia está fuera de uso
la isla se mueve con su bloqueo
como saturno con su anillo
 
la señora de lot
gusana del vedado
advierte una salobre frustración en sus invictos lacrirnales
mas contra todo lo previsto
contra los pésimos agüeros de su confesor y de sus tías y de
               la voz de las américas
no se convierte en estatua de sal
que al fin de cuentas habría sido un colmo de tradición pero
               también un azar de relativa dignidad
 
para su suerte o para su oprobio
para su premio o su penitencia
no se convierte en estatua de sal
 
sencillamente sigue y seguirá siendo
la señora de lot
gusana del vedado.
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