#EscritoresUruguayos #SigloXX #SigloXXI #1974 #ElAmorLasMujeresYLaVida
Vuelves, día de siempre, rompiendo el aire justamente donde el aire había crecido como muros. Pero nos iluminas brutalmente y en la sencilla náusea de tu clar…
The rest is silence dijo el Willi… pero los decibelios achican ese re… el estruendo a mansalva que sobrev… el hervor y el fervor de los estad… el estampido de las amenazas
Allá abajo la tierra sobrevive se apagan los mejores alguien crece en el odio o se funde y confunde en los amore… desde arriba la suerte es una espu…
El 21 de noviembre de 1975, Buenos Aires empezó siendo una mañana fría, soleada, menos húmeda que de costumbre. Como todos los viernes, las calles del centro eran desde temprano u...
Con más nostalgia que embeleso recuerda una por una a sus mengana… de la primera aprendió el cielo de la segunda asimiló la tierra de la tercera la sonrisa virgen
Quedan las cáscaras de vida la solidaridad de las columnas las pausas del escombro el pavoroso cielo gris la tierra exasperada
Un viento misionero sacude las per… no sé qué jueves trae no sé qué noche lleva ni siquiera el dialecto que propon… creo reconocer endechas rotas
Es mía la inocencia ánfora de cristal tan desvalida que nada me sugieren sus añicos la juventud es mía y es además atávico susurro
Tal vez en un desnudo amanecer con… ese frío corpóreo y a la vez trans… que viene desde arriba como el ojo… en un exacto mundo todavía con árb… todavía con monstruos y rocío y pr…
Aquí está el Palacio Salvo allá está el Victoria Plaza son tan torpes tan horrendos que a uno lo dejan sin habla su fealdad es tan espesa
Hoy me hicieron un test / el decis… tengo alergia a la nuez al humo al… a la estremecedora belleza de la i… y al concierto de piano de rachmán… a las bruscas galernas de noviembr…
Viajo como los nómadas pero con una diferencia carezco totalmente de vocación viajera sé que el mundo es espléndido
Aliiiirio. Aliiiirio Bengoa. Demasiado clamor para ser escuchado a las siete y media de la mañana. Pero allí está el hombre, agitando los brazos desde la vereda de enfrente y gritando A...
Alguien limpia la celda de la tortura que no quede la sangre ni la amargura alguien pone en los muros
Ésta debe ser la trigésima despedida. Es un trámite que Fernando Varengo conoce de sobra. Como testigo, claro; no como viajero. Asistir a la normal y apasionada discusión de Migue...