Hay sólo una miseria
que se prende con uñas en el muro
y quisiera trepar
y a veces trepa
una vasta miseria que nos mira
y junta su rencor
y nos invade
por eso desde hoy y desde dentro
y a pesar de mi pan y de mi suerte
me siento miserable
como si nunca hubiera sonreído
o visto sonreír
como si cuando sueño
mis ensueños
no encontraron lugar
bajo mis párpados
ya no es la culpa higiénica
la desazón precaria
el relamido umbral
de la conciencia
es mucho más
ahora mi miseria
incluye el estrellarse
y usar todo el coraje para el miedo
y caer de rodillas
sin plegaria
y sentirse extranjero
y condenado
a no encontrar la brecha
a no encontrar la brecha.