#EscritoresUruguayos #SigloXX #SigloXXI #1981 #PoemasDeLaOficina
Ellos saben si soy o si no soy, ellos abren la puerta y dicen: «Pa… miran y relativamente son felices, endosan el destino como un cheque y eructan, aquíescentes, sin provo…
La rosa de oro no se marchita ni tiene aroma el cielo ajeno que te envenena
La piel acariciada se acabó se acabaron las manos que encendía… los pulmones que juzgaban el aire… piernas que enseñaban el camino se acabó el cuerpo penetrando en e…
Ché banquero gobernante mírá que la historia es terca y está vez sí se te acerca la obligación del espiante andá haciendo el equipaje
Ellos tienen razón esa felicidad al menos con mayúscula no existe ah pero si existiera con minúscula
Todas las tardes, al regresar de su trabajo en el Banco (sección Valores al Cobro), Esteban Ruiz contemplaba con deleite su nueva adquisición. Para el joven poeta inédito, aquella maqui...
Las calles están muertas padecidas la soledad se atreve al resplandor alguien sabe quién es pero lo ocul… no sólo las gargantas tienen rejas la primavera a veces huele a invie…
Lo decidí antenoche mientras iba caminando sin rumbo y sin apuro bajo la lluvia lenta mansa justa no voy a ir así que no me espere usted dirá qué tipo quién lo entie…
Sólo una temporada provisoria, tatuaje de incontables tradiciones… oscuro mausoleo donde empieza a existir el futuro, a hacerse pie… Nada aquí, nada allá. Son las pal…
Las voces de abajo vidalitá están casi mudas pero los gendarmes vidalitá
Nicolás siempre había sabido los datos verdaderos de aquel personaje singular, pero el nombre de guerra era Gabriel y así había que nombrarlo. Alguna vez (de eso hacía ya un par de años...
La tristeza del mundo es decir mi tristeza empezó hace treinta años en una noche hueca. Por entonces los ángeles
Por sobre las terrazas alunadas donde se aman cautelosamente los g… y los brillos esquivan las chimene… creo que nadie sabe lo que yo sé e… algo aprendido a pedacitos y a pul…
Sé que no bastarían las mejores enredaderas del verano para cubrir el muro de mis lamentos lo curioso es que esos plañidos
La esperanza tan dulce: tan pulida tan triste la promesa tan leve no me sirve no me sirve tan mansa