Falta saber el último sentido,
quiero decir: si es pueblo o es imperio.
Cada noticia con su desmentido,
cada desolación con su misterio.
Claro, cuando el misterio es de mentira
nadie se atreve a perdonar en serio
ni a romper el espejo en que se mira
ni menos a gritar, porque ese grito
no tiene otro respaldo que su ira.
Qué dificil negocio el infinito.
Al destino encomiendan la aventura,
yo a las pruebas del mundo me remito.
Siempre que la verdad está madura,
despiadado el azar nos fiscaliza.
Menos mal que su voz es insegura:
“No hay fénix”, dice. “Sólo habrá ceniza”.