Cumplir años no duele, duele no haberlos habitado
Duele mirar atrás y no saber si viví
o solo pasé de puntillas
Duele correr sin saber a dónde,
y volver la vista,
buscando un “por qué” que se esconde
He vivido deprisa, sin pausa ni calma, con los sueños al cuello y el miedo en el alma
He sido testigo de mi propio andar,
pero a veces me pierdo, por no saber disfrutar
Cumplir 27 no duele,
lo que duele es no haber estado en mi juventud más presente
Ya no quiero que los años se esfumen con el viento,
ansío momentos que se queden, como un buen recuerdo
No más prisas, ni metas que se escurren sin fin,
necesito pasos conscientes que se fusionen en mí
Otro año más es un comienzo
si elijo caminar a favor del tiempo
y que no es tarde para florecer cada primavera
aunque mi corazón se vista de guerra
Pues tantas veces he dudado del rumbo,
y he temido al error
que metí la pata en el camino, por no encontrar mi dirección
Pero ahora entiendo, sin tanta ansiedad,
que no es cuestión de edad, sino de calidad