Qué valor hay que tener para irse del lugar donde fuiste y ya no eres.
Qué valiente eres, que aun sabiendo que dolería el doble, lo intestaste.
Qué valor tienes, por darle tus alas a quien ya no las mantiene.
Qué valor hay que tener para renunciar a esos placeres.
Qué valiente eres que te falló y lo abandonaste.
Qué valor tienes, por ser la que se va cuando él viene.
Su voluntad se aferra a ti, pero la tuya es más fuerte.
No dejes que se aferre, esquiva ese desastre.