He adornado un pequeño altar. Allí arden viejas hojas de laurel aromatizando el ambiente
Del suelo mana agua láctea mana purpúreo vino mana néctar de rubias abejas que sube como oloroso incienso
La oruga se solaza entre las hierbas del bosque. Un bosque tranquilo
He coronado vuestra cabeza con tallos de verde y fresca hiedra.
Tú, Madre sembradora de soles que en el cielo tejes
Subí con frondosas alas al infinito atravesando las múltiples dimensio… de quietas esferas
Mar chileno amigo de la cordillera, cuyas aguas bajan en verdes venas hasta mezclarse
Flor pequeña que lentamente en mis manos moría. Yo le quiero, le decía. Ella me preguntó ¿me quieres?
El sabio estima a todos, porque cada persona tiene una virtud.
Marineros de Chile ¡¡Rudos!! como las rocas del mar y ágiles como el ir y venir de las olas.
En los grandes aprietos es bálsamo para el alma hallar un buen corazón.
Dije las mágicas palabras “Hokus, pokus” y tus labios se llenaron
He atesorado su mirada en el espejo de las siete lunas y sus ojos me hablaron.
Es certero acercarse a los sabios ...
En cada árbol, cada hoja, cada tallo, cada raíz, la vida palpita