No mires más allá del horizonte no encontraras alivio que te calme solo veras la bruma que te envuelv… Deja que sean otros los abrazos aquellos que el camino te iluminen
Olor a hierba fresca crujir de ramas secas sonrisas que sorprenden pasos despistados templo de silencio,
Energía cuántica en movimiento, materia inerte nuestro cuerpo, torbellinos en movimiento, millones de partículas inestables, el umbral de la luz superan,
Encapsulado el tiempo reclama su momento el pretérito imperfecto que marca el minutero. Tiempo cuan breve
Tú, yo y el tango Música que deleita los sentidos marcas el ritmo del deseo sin miedo, ese tango que te embauc… sinprisa, con pausas
En la oquedad de las horas muertas allá dónde se instauran los recuer… desdibujandote te espero yo. Sempiternos momentos en continuo e… como un funámbulo desvelo
Son los susurros del viento esos que escucho en mis oídos que comprometen mis sentidos anegando el alma inciertos y sombríos momentos
Coartan nuestras libertades, entretejiendo miedos. Asesinan mujeres y niños, dejan en el aire restos de piel qu… rubricadas con su firma sin sentid…
Entre dos aguas el cauce de la vida, utopía que decrece en el atardecer del día. Caudal que el cuerpo regula
Mi ser recorre en su torpe caminar la necedad del ser que sucumbe al… Sed de manjar prohibido ante mis o… oquedades que habitan en mí se dib… valles sinuosos de escarpadas mont…
Desde el autobús te ví y me cautiv… cinco intensos, eternos minutos no pude apartar la mirada mis neuronas se fundían con su luz mi corazón no entendía su llamada,
Latido que no cesa ante la ausenci… partido el alma en pedacitos, descansa el cerebro su tortura dejando que macere la ignorancia de aquello que sucede sin sentido
Nada, mie me en blanco me deleito escuchando la ciudad aún dormida brisa suave en mi rosro trinos melodiosos resurgen
Corre caballito, vuela reta al viento a que te ayude espera, cojo las riendas y nos vam… galopa, mira como se mueven las ra… como la tierra intenta agarrarte l…
Cerré los ojos y vi el mar, la lenta agonía de mi ser, acunada por la sal, dormida en su regazo me quedé. Acercándome a la vida,