Mari Bonilla Zeledon

La caída de un ángel

Sobre  la baldosa de una lúgubre iglesia agoniza.
A caído por ser gentil, por ser obediente, por ser único.
Los engaños del hombre han echo que flaqueé y que de este se haga su perdición.
Arrancaron sus alas para que no volase,
 
¡la envidia del hombre trasciende cualquier ley .!
 
Desde la cima de un pedestal las pinturas de doncellas, santos y otros observan como agoniza, su llanto se a de escuchar de aquí hasta el trono del señor de la tierra .
Oh! Pobre misionero que desde su caída tendrá que vagar solo, por tierras plagadas de pecado y miseria,
Ahogado en su inconciencia se rendirá y  su alma se marchitara dando paso al oscuro sentimiento y las malas acciones.
 
Ya se había dicho que del amor más puro solo basta herirle lo suficiente para que dé el brote el odio.
 
02.03.17 –Angell_bonilla Zeledón

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