Mírame, ha de ser menester
para que un viaje juntos nos cambie,
mira que el viento ha de tañer
obras que a su través nos alcen.
En el ser, destino a donde
nada es, el sentir quizás todo es.
Merindad de un pecho en inquietud
late horas que el fugaz barre.
Aldaba contra la veta del ayer,
contra la dicha insensatez
vuelve hacia mí otra vez.
Sublime, el desgarro cura bien,
puede que renazca en el bosque,
despedir a quien se ama es morir
sin besar más allá del aura.
Vuelve a mí, besana surca así,
labra bien este cielo en su quehacer.
Merindad de un pecho en inquietud
late horas que el fugaz barre.
Aldaba contra la veta del ayer,
contra la dicha insensatez,
vuelve hacia mí otra vez.
Cuídanos, ha de ser menester
para que un viaje juntos nos desate,
mira que el tiempo ha de tañer
ritmos que en nuestra voz arraiguen.
Maria Luisa Arenzana Magaña