Base de tu figura es tu pie breve y porque en él se inicia tu estatu… lo encuentro de principio en tu fi… como el agua es principio de la ni… Se me interna en alma su blancura
Igual que las antenas de los telev… tiendo a veces mis brazos para cap… Frío árbol de aluminio, Y voy por la ciudad buscándote, llamándote,
Del dictado infantil y analfabeta torpemente llegué a la letra escri… mesa, papel, paredes, pizarrita, jugando sin saberlo a ser poeta. Luego la tinta, es ropas indiscret…
Estábamos tranquilos, dulces y agradecidos con nuestras simples vísceras que… para satisfacerlas. Y estábamos haciéndolo
Una vez, hace ya muchos años —“Hace ya tanto tiempo que me parece ayer”—, abrì mi corazón de par en par y le dije: “Entra, esta es una casa. Està un tanto en desorden debido a mi torpe...
Si sólo pudiera verte y sólo escuchar tu risa. Si sólo fuera la brisa que en tu pelo se divierte. Si sólo fuera el inerte
Y no nos han dejado otro camino. Y está bien que así sea. Recibimos el golpe en la mejilla, la patada en la cara. Y pusimos la otra mejilla,
Manso remanso del río. Estrella en el cocotero. Tanta paz cabe en enero para tanto dolor mío. Tanto color. Tanto frío.
Cuando se dieron cuenta ya era tar… irremisiblemente se acercaba. Al principio hubo varias opiniones… No faltaron los radicales que pretendían acabar con todo
Amor, si fueras aire y respirarte. Y si fueras, Amor, vino y beberte… Si fueras sombra para no perderte. O si fueras camino y caminarte. Amor, fueras cantar para cantarte.
Tú, que vienes caminando desde el fondo de mi vida; que traes como bandera la música de tu risa; tú que en tus ojos escondes
Cuando una hormiga cae ninguno se da cuenta. Cuando yo estoy sufriendo hasta la… sólo yo lo averiguo. Y se me antoja hoy—no sé por qué z…
Aquí queda el océano: los pesquero… Aquí, la costa: el algodón, banano… cacao, ganado y paludismo. Mas acá, el altiplano, las fincas… Y mas acá, hasta arriba, se encuen…
Toda tú eres santuario, toda blanca; se ha llenado tu cuerpo de designi… Tienes la santidad de la esperanza y la paz
Tus nobles manos buenas. Tus manos dulces sobre mi veneno. Qué llamas tibias, compañera, entre agujas de invierno. Qué dos brasas serenas.