Me llevo bien con este hombre taci… infatigable y fornido al que llama… Es mi vecino. Sus hijos retozan c… Los críos lo despiden cuando el dí… y en las mañanas vienen a esperar…

Realmente somos fuertes: más duros que las piedras de río, que el acero de un cañón de costa, que el jiquí y el ácana

Era un pueblo iluminado. En el parque, muchachos y muchacha… debajo de farolas cubiertas de fol… Y como que hablaban y reían. Los coches, en piqueras,

¿Quién habita la casa que habité, quién toca las maderas que toqué, quién ve los resplandores que yo v… quién vive las penumbras que viví, quién sueña en la ventana en que s…

Tengo la sana costumbre, por Feria y por Navidades, de hacerle largas visitas a mi discreto cadáver. Siempre que voy me lo encuentro

De las flores de ese vaso, la más cautivadora es esa rosa a punto ya de incorpor… a la penumbra como el humo al viento.

Moviéndose en la sombra, batido por el viento ciego de la noche, extiende sus ramas hacia mí en ademán desesperado. ¡Qué humana su mole gigantesca,

Sin comerlo ni beberlo eres factor de cambio y eres factor de riesgo. Sin comerlo ni beberlo te vas haciendo curvo,

Si yo supiera, como sabe el agua, discurrir y brillar entre guijarro… y ser espejo en la cerrada noche y vastedad de cielo en una alberca… si yo aprendiera a ser como es el…

No parará, no parará, no parará este tren hasta llegar e… No parará hasta las terminales del… Con el estruendo de su prisa invad…

En una mínima estación de campo, cuya puerta es un bostezo ante los… registro el vértigo de luces de los trenes que pasan. Sale del silencio el Halley Expre…

Guardo memorias para el invierno: entonces veré si puede salvarme la nostalgia.

¡Eh, Fernando!, esta vez el viaje es bien distinto… Este viaje es el más largo: dura las mil noches de la eternida… El tren sube—¡qué bien