Temerosa de la sinrazón de los seres
encrespada ante los efímeros quehaceres
revoluciona esplendoroso el momento
sigues tu entre desordenes psicológicos
buscando un espacio rígido o lento
eviscerando los perpetuos instantes
corrigiendo al tiempo en sus ataques
Vuelas creyendo y no creyendo
aceptando y desconfiando
sin mendigar
sin dejar de sentir
sin trasfigurar
silencios y maullidos
persecución de tu ese ego escondido
Agitas al cuerpo, tu cuerpo, tu carne
vitral que remata su lucha constante
segundos que envuelven tu nombre
perderá el gusto sus ojos
ofuscada en lo interior por el hombre
calla y clama en voz en of un instante
muere y despierta - aún hierbe la carne