Entonces en la luz, del día rojizo
que el palpitar soltó sonidos turbulentos
no podía detenerme. Sus ojos escudriñan
y dolía cada paso, no podía encontrarme.
Y me vi en ti pálida con esos suspiros lentos
¿Había dicho adiós ya? O faltaban palabras
Y no quiero respuesta, Átropos decidió ya
Me miro en ti con el último hilo sin cortar.
A pulso de mi propia voluntad digo adiós.