Como era costumbre
me senté a mirar el atardecer
por la venta de mi cuarto
Como era costumbre
me perdí en mis sueños
como se pierde el sol en las montañas
Como era costumbre
la soledad era mi fiel compañera
en eso paseos interminables, que confortaban mi mente y espíritu
Como era costumbre
me quedaba allí, en nuestro lugar, esperando que llegaras
Te esperaba, aún con la duda de tu existencia
con la incertidumbre de la veracidad de nuestros encuentros
con la esperanza de que todo lo que vivimos fuera más que un sueño.
Y nos encontramos, en ese mundo que los dos creamos
mientras mirábamos el cielo desde tu ventana, desde mi ventana
Entre sonrisas, nos descubrimos
en esa vida que un día inventamos
para escapar de la realidad de estar separados
Fue un encuentro pactado
entre dos almas que se buscaban, pero no se recordaban.