Siempre me estoy yendo, nunca llegando La sensación que me habita es la de la despedida, la del destino del marinero,
Nunca te tuve nunca te perdí. Sin embargo persiste en mí el sabor de la derrota, la sensación que aparece justo
cuatro sonrisas dos miradas una visita tres caminatas una compañía
En este viaje llamado vida, en algún momento nos hemos encontr… Por algún motivo, algo hemos compartido, mucho o poco... no importa.
No hay plazo que no se cumpla, ni circulo que no se cierre, y en mi caso ninguna de las dos He pospuesto este momento muchas veces,
Ahora el dolor y tu recuerdo me pegan suave, como la brisa que atraviesa una vela rasgada,
Te espero, no llegas. Me asomo por tu ventana, no te veo… Aguzo el oído, no te escucho. Extiendo mi mano, no te encuentro. Veo un fantasma, eres tú.
No me quiero morir con este sentimiento: el dolor, que es el destino del poeta, el alimento del poeta
Abro los míos y conteniendo otras cosas que te diría, mientras observo el lado oscuro de la luna en mi propia alma, —Por la alegoría y la composición visual de la imagen, como metáfora ...
¿Dónde estás? ¿Cómo te encuentro? A veces, que en realidad es siempr… te me pierdes. Nace la incertidumbre,
Y entonces el tiempo pasó. Inexorable, pero discreto, sin ser percibido. Sin aspavientos. Sin bulla,
Hoy, por primera vez, me embarga un sentimiento nuevo: el odio
te volveré a ver y no seremos los mismos la vida habrá pasado y en el fondo del alma algo se removerá
Malaya la hora en que me fijé y VI tu existencia. Malaya la hora en que te sentí y vi mi existencia. Malaya la hora en que te besé
Todo tenía un significado y valía. Hasta la propia vida. Todo, según tú: la medida de todo,