Luis Rogelio Rodríguez Nogueras, también conocido como Whichy, el Rojo a causa de su pelo (La Habana, 17 de noviembre de 1944 - íd., 6 de julio de 1985), fue un escritor, poeta, guionista y periodista cubano.
Luis Rogelio Rodríguez Nogueras, también conocido como Whichy, el Rojo a causa de su pelo (La Habana, 17 de noviembre de 1944 - íd., 6 de julio de 1985), fue un escritor, poeta, guionista y periodista cubano.
Nacido en El Vedado y de familia de escritores (su tío materno, el español Alfonso Hernández Catá, era un escritor reconocido; otro editaba una revista; su padre era periodista y su madre escribía por afición y obtuvo premios de cuento), recibió lecciones particulares de letras desde niño, pagadas por su abuela, por lo que estaba destinado a convertirse en hombre de letras desde la cuna. Estudió Comercio en la Academia Militar del Caribe hasta 1960, en que marchó a Venezuela para reunirse con su madre, que vivía allí desde 1956. Con el triunfo de la Revolución cubana editó la revista Libertad en la Academia Militar del Caribe: tenía catorce años. En mayo de 1961 comienza a trabajar en el Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos y realiza documentales para la campaña de alfabetización. Más tarde pasó al Departamento de Dibujos Animados, donde trabajó como dibujante, auxiliar de cámara y posteriormente, director de cortometrajes en el grupo dirigido por Enrique Nicanor González. En 1963 ya escribe guiones y ejecuta diseños para dibujos animados. En 1964 comenzó a estudiar en la Universidad de La Habana y se licencia en Lengua y Literaturas Española e Hispanoamericana. Fue redactor de Cuba Internacional y jefe de redacción de El Caimán Barbudo (1966-1967) y de Cine Cubano, y colaboró en La Gaceta Cubana y otras revistas españolas e hispanoamericanas, casi siempre con poemas o con artículos sobre cine o novela policiaca. Trabaja en el Instituto Cubano del Libro, donde realiza diferentes tareas como investigador literario, editor y redactor. Presta sus servicios en diferentes editoriales hasta 1979 y ejerce la crítica literaria y cinematográfica. Como narrador cultiva la novela negra y la de espías. Visitó Estados Unidos, Venezuela, Letonia, la Unión Soviética, Suecia, Finlandia, Polonia, Dinamarca, Checoslovaquia, Vietnam, Canadá y España. Falleció prematuramente en 1985. Dejó bastante poesía sin recoger, alguna inédita, como también la novela Las manos vacías.1
Pável López lo define como:
No obstante, según palabras de Guillermo Rodríguez Rivera, uno de sus compañeros de generación, la lírica del Wichy superará con creces los presupuestos de esta vertiente e incorporará algunos signos del posmodernismo literario y experimentará con imaginación crítica con el lenguaje, la metaliteratura, los géneros y la ironía.2
Wikipedia—https://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Rogelio_Nogueras
ojos tus boca sólo manos como más poema fueron aún sin para tan crimen donde ahora ya poeta nunca estaba hubo sobre sí escribe tampoco niño existencia padre jamás sueña después yo versos pero muerte mundo silencio hasta noche besa tocan mano otra supongamos caballo alado sueño aunque pobres hijo mío jizo dios buen largo otros lugar asesino víctima mujer testigo excepción prójimo arma revés vida mañana qué importan madrigal cuando mujeres sueños águilas lloraban pensando desde triste oscuro porque bajaban inocente penas voz agua esta tú intentes amor salvaje ama otras miran ven fuiste quiere repetir quieren leer repetirá leerán tocarán queda manco ciego mudo percibe entonces cosa tanto necesariamente considerará presentes decir podrá dudar esté seguro ella éramos oh ratas tenían compasión cada iba ciudad ver algún poderoso empleaba fuera limpiar establos cambio poco arroz poderosos pasaban oír quejas ruegos volvía pálido delgado bajo ropas raídas ponía llorar pedía encintas fecundidad trajera librara hambre humillación complacía así pasando años alma pechos secaron cabo murió envejecí espero fin espera ocaso habrá echarle negro manto menos gracias escapaste látigo señores cruel perros nada nadie hará sufrir alcanzarán alcanza artera flecha lejano halcón cuarto penumbras dos sombras desnudas besan hombre cansado va llegando casa día antes previsto viaje ardiendo brazos inspector osado goza lecho lámpara bronce apagada tranquila mesa caoba clama sediento sustento vital alimento huella puñal herida muchacha antidesnuda vestida pórtico beso aliento llega lento vuelta adiós partida ausencia recuerdo olvido puede ocurrir suerte sombra ruido acaba débil fuerte dormido escribiré cierra bésame carne deja palpe relámpago piernas tenga evocarlas papel cruza entera garganta entrégame gritos voraces carniceros fluirás intacta partas dame húmeda certeza estamos vivos posa intensamente desnuda falta florecerás dijo enterradores cosas francamente impublicables blasfemaba condenado pies par derrotas entierro lautréamont vi puesto cola dejaba sombrero borde tumba cantaba algo lloraba honradamente creo caballos devoraban higos discursos sonrisitas rimbaud junto cruz paraguas abiertos lluvia él hubiera gustado viernes canciones funerarias palomas volaban sentido niños oscuros hermosa aragón suicidios deportivos georgette siempre hora asunto quería bajar decía allí muerto bajarlo sombreros abandonaron cabezas alzaron copas adioses letreros olvidamos joven derecha mesaba rodillas bajaron aplaudió forma delirante gente corría loca asumiendo grave momento países enteros tierra intentó última sentencia nerval acercó tiza escribió letra temblorosa cadáver lleno fondo vallejo sonreía descanso futuro mientras piedra inmensa tapaba corazón papeles posar cuello suave caricia parecería brutal manejo verdugo susurrarle asustaría trueno mitad remuevas laguna respires ser tuyo tendría morir confórmate lejanía ajena belleza vuelve cabeza escóndete hierba rompas hechizo tarde verano trágate imposible ámalo libre modo ignora existes cisne