Inquieta ante la decrepitud de sus pasos, ella cabalga y camina al amanecer. La mercenaria
actitud represiva inculca el malestar en el pueblo, tanto asar y tanta guerra para un caos
decrépito y sin fondos naturales. Es menester, por ende, abonar a tu saldo el fugaz regocijo de
un asno cuyo interior tumba a cualquier buey. Es el toro con cuernos y un reconstruir de
oportunidades. Trauma asesinado, dejado atrás en la inescrupulosa barbarie animal. Fallido
ataque de castas,
contener toda la esencia es la máximo que he podido alcanzar, incómoda y tergiversada cuota
anual de entregas de pan.
Es que en este mundo yace en asco tu sumisión ya que dentro de ti esta eso que es en si mismo
fuego.
Llámame como quieras y cuando quieras; quizás, en un presente no muy lejano, el azar vuelva a
desvirtuarlo colgando en azucenas verdes trampolines de viento cruzado, desembocando todo
este delirio, en un cielo abismal.